El viernes pasado comparecieron en el Juzgado número 3 de Catarroja, con sede provisional en la Ciudad de la Justicia de Valencia, Salome Pradas exconsellera de Justicia y su secretario autonómico Emilio Argüeso, tras ser citados como investigados por la Juez que está instruyendo el procedimiento relativo a la riada producida en amplias zonas de la provincia de Valencia el pasado el 29 de octubre. Independientemente de la cuestión jurídica, que se desarrolló a lo largo de la mañana e incluso que Argüeso compareció a pesar de que el fiscal había pedido que se dejara sin efecto la declaración lo cual no le fue comunicado por el juzgado, lo que si fue llamativo es lo que aconteció a la llegada al edificio judicial tanto de la exconsellera como del exsecretario autonómico.
Ambos ciudadanos no contaron con las medidas de seguridad necesarias para evitar algún incidente que pusiera en peligro su integridad física, a parte de la presión psicológica de verse rodeados por grupos de personas profiriendo insultos.
Esta situación no era algo imprevisible ya que la asociación presidida por un miembro destacado de Compromís ya había convocado previamente una concentración a la hora de llegada de Pradas y Argüeso, por lo que la posibilidad de que se produjera algún incidente era algo previsible.
La competencia de la seguridad pública le corresponde a la Delegada del Gobierno Pilar Bernabé que no adoptó las medidas de protección suficientes tal como pudo comprobarse en las imágenes retransmitidas en directo por el canal de televisión autonómico. Mientras Salomé Pradas y Emilio Argüeso recorrían los 100 metros de la explanada de acceso de la Ciudad de la Justicia de Valencia se pudo ver, además de la presencia de periodistas, personas blandiendo pancartas a escasa distancia de los comparecientes y que estaban fuera del cordón policial organizado por Pilar Bernabé.
No es la primera vez que la delegada del Gobierno utiliza la seguridad pública desde un criterio político, ya lo vimos durante los días siguientes a la riada obstaculizando la acción de las fuerzas y cuerpos de seguridad en las zonas devastadas tal como denunció el jefe de la policía local de Valencia, sindicatos policiales y asociaciones de guardias civiles, o como no comunicó al president Mazón que el autor de unas amenazas de muerte había sido detenido, teniendo que enterarse por los medios de comunicación, también cuando autorizó una manifestación convocada por asociaciones próximas a la izquierda coincidiendo en su itinerario con actos culturales.
Además está pendiente de resolver si autoriza o no la nueva manifestación convocada en Valencia el próximo día 28 por la tarde coincidiendo en el itinerario con la tradicional procesión de San Vicente y que ha sido desaconsejado por la policía local. Veremos lo que resuelve la delegada.
Pilar Bernabé no puede desentenderse de la seguridad pública según sus intereses políticos, máxime cuando la seguridad de ciudadanos depende de su decisión, además no puede imponer su voluntad por encima de los criterios objetivos de los profesionales de la seguridad ciudadana.
A muchos nos gustaría saber cual hubiera sido su decisión si se hubiera tratado de algún líder socialista , seguramente hubiera seguido el modelo de su colega de Madrid que ante la declaración de Begoña Gómez, mujer de Pedro Sánchez, se desplegó 10 furgones de Policía Nacional y más de 50 agentes antidisturbios blindando cada entrada al edificio judicial, los periodistas fueron recluidos en un lugar vallado, además en el interior del edificio se encontraba un dispositivo policial, además el cordón de seguridad para impedir la cercanía de la veintena de manifestantes que se habían concentrado era de 500 metros. Medidas que no se recordaban en los Juzgados madrileños según la crónica periodística.
La Delegada Pilar Bernabé ha de tener en cuenta que la seguridad de los ciudadanos, aunque sean militantes del Partido Popular, ha de ser protegida escuchando los criterios objetivos de los profesionales, sobre todo si existen antecedentes de amenazas y no dejarse llevar por sus intereses políticos.
En esta ocasión no ha ocurrido ningún incidente aunque el riesgo existía, pero esperemos que no tengamos que lamentar incidente alguno tras las amenazas de muerte recibidas por el president Mazón y la vicepresidenta Susana Camarero, los mensajes incitando a la agresión lanzados por el militante socialista David Calvo, sin que se haya actuado contra él, o el discurso de odio de los lideres de Compromís, como Rafa Xambó, contra los miembros del Partido Popular e incluso contra los que votan a esta formación política. En todo caso Pilar Bernabé, o sus asesores de la Delegación del Gobierno, deben de poner en hacer caso a los refranes populares, aunque la palabra “popular” le saque de quicio, sobre todo aquel que dice “más vale prevenir que curar” o “ No se puede escapar de la responsabilidad del mañana evadiéndola hoy”.