– Vivimos en el tiempo de los diagnósticos. De filósofos, de policías retirados, de políticos y sobre todo de los que ahora, cuando ya no se puede hacer casi nada, se revelan como disidentes.
Hace veinte años esto se veía venir, teníamos claros ejemplos en otros paises, pero entonces, al que sacaba los pies del plato lo encarcelaban con cualquier excusa. Tertulianos “expertos” y demás gentuza han estado convenciendo a la gente de que la inmigración era muy necesaria y han dado todo tipo de argumentos.Desde las estadísticas tendenciosas a la ridiculez cursi y la lástima.
Pero la realidad es que España está recibiendo un tsunami de gente procedente de África que es incapaz de asumir.
España está desangrándose de muchas formas. Y no solo por los apuñalamientos diarios, también por el monstruoso coste económico que supone. Pagas, ONGS, hoteles de lujo para albergarlos y todo tipo de nuevos funcionarios.
Esto, señores es un negocio, un negocio de los más lucrativos ahora mismo, un negocio del que se benefician muchos parásitos.
Doctor, el diagnóstico ya lo tenemos, ¿qué necesitamos ahora? La cura.
El problema, es que el estado que debería ser responsable de administrar esa “cura”, es justamente el que produce y empeora la enfermedad. Ya lo hemos visto en Reino Unido. Si protestas, ¡ojo! Solo por protestar, te multan, te detienen y vas a la cárcel.
Esto lanza un mensaje muy claro a quienes han llegado sin la menor intención de integrarse y convivir, y es este, “haz lo que quieras, el estado te protege”. Estamos en una situación absolutamente distópica, es increíble, pero hay que asumir que es así cómo están las cosas.
Por lo tanto, si no puedes llamar a la policía, si tu gobierno solo te perjudica, si tus impuestos se destinan a empeorar tu vida y gente que viene de otros países, tiene patente de corso, para hacer contigo lo que le dé la gana… ¿Qué se puede hacer?.
Manifestarse solo sirve para que tengan una excusa para reprimirte con la fuerza.
Usar las redes para dar tu opinión, o denunciar la situación, (a diario salen videos de violaciones, apuñalamientos, okupaciones y caos) eso solo sirve para identificarte como disidente, señalarte y en breve criminalizarte y ser juzgado por “delito de lo que a mí me dé la gana”.
Las redes están plagadas de espías de todo tipo, ha quedado muy claro tras el crimen de Mocejón que ahora usarán para instaurar la censura. En todas las redes hay una araña. Lo único que se puede hacer y de eso sabemos mucho en España, es “guerra de guerrillas”, pero nada de empezar como los ingleses a salir a la calle, no, de eso nada.
Empecemos por las cosas pequeñas, preocupémonos de lo que tenemos en nuestro edificio, en nuestra calle y en nuestro barrio. Exijamos empezando por el ayuntamiento, los concejales y los alcaldes.
Demos la murga a los que tenemos más a mano y dejemos que el efecto crezca exponencialmente.
Parece una tontería, pero no lo es. La mayoría de los que se meten en política lo hacen para lucrarse de alguna forma, bien mangoneando o bien percibiendo “el sueldo Nescafé” por hacer poco o nada. Lógicamente no quieren perder el chollo, así que, si la presión es fuerte, se verán obligados a poner de su parte. Y no hablo de ir a la puerta del ayuntamiento como una turba, no. Hablo de decírselo en la calle, en las tiendas, en las fiestas cuando dan el pregón, de silbarles y decirles que jamás volverán a salir elegidos ni, aunque hagan trampas, porque nadie irá a votar.
Hablo de que, si hay un crimen, esos políticos sientan la indignación, por ejemplo, inundando esas administraciones y ayuntamientos de cartas y correos electrónicos hasta saturar los servidores (tantos como votos pueda haber) en ese ayuntamiento y ese gobierno autonómico. Hablo de no llamar a la policía. Porque además de ser perjudicial para las víctimas, no sirve para nada. “Cumplen órdenes, cumplen la ley”.
Las órdenes vienen de arriba y las leyes o están mal hechas o son absurdas o peor, están hechas para perjudicar al español autóctono frente al extranjero. Y “con estos bueyes tenemos que arar”.
El plan está claro.
Se llena Europa de extranjeros de los que se sabe que van a dar problemas, se provoca constantemente a los ciudadanos con crímenes de todo tipo, incluyendo los más abyectos, como, por ejemplo, apuñalar bebés y niños. Se va indignando a la población y se le deja claro que están indefensos, que policía y justicia no les van a defender, y es entonces cuando la gente se cabrea y la lía.
Y esto, es lo que buscan. Un motivo como “restablecer el orden” para recortar todos tus derechos y colarte una dictadura en un periquete, y todo “por tu seguridad”.
Es una guerra civil en ciernes una guerra civil entre europeos y no europeos. Una guerra en la que el ejército será necesario, sí, pero para implantar la ley marcial.
No caigamos en la trampa.
Si en tu edificio hay un okupa, soluciónalo con tus vecinos, y si llama a la policía y os denuncia, poneos de acuerdo en que no habéis visto al sujeto nunca y que alguien se ponga a vivir allí, aunque sea de pega. Si te llenan el barrio de fruterías expendedoras de “papeles”, no contribuyas a hacerlas creíbles, que no puedan facturar ni un mísero euro.
Si el ayuntamiento te monta un centro de “refugiados” que les quede claro que son vigilados, si es necesario con patrullas ciudadanas de incognito, incluso contratando seguridad privada. En cuanto vean lo aburrido que es estar así, se largan seguro.
Nosotros debemos ser quienes hagamos que se vuelvan por donde han venido.
El hotel que se llene con inmigrantes, con dinero público, que jamás vuelva a recibir un huésped. Ayuntamiento que les facilite la residencia, ayuntamiento que vea peligrar sus sueldos. A políticos como el alcalde de Gata de Gorgos, hay que dejarle claro que nunca volverá a ser elegido
.
Y así con todo, porque si nos preocupamos de la “geopolítica” sin saber, por ejemplo, el nombre de nuestro concejal de urbanismo, estamos contribuyendo activamente a fomentar el desastre, es necesario que los políticos sientan que sus sueldos peligran. Es la mejor solución si se hace a gran escala.