El artículo 47 de la Constitución española de 1978 viene a establecer como principio fundamental que “todos los españoles tienen derecho a disfrutar de una vivienda digna” y atribuye a “los poderes públicos la obligación de promover las condiciones necesarias para hacer efectivo este derecho”. Igualmente, el artículo 33.1 de dicho texto constitucional viene a reconocer como un derecho la “propiedad privada y la herencia”.
Así pues, el derecho a la propiedad privada, la herencia y el principio relativo al disfrute de una vivienda digna deben ser hechos efectivos y posibilitados por el gobierno de España creando la seguridad jurídica necesaria para que la administración autonómica y municipal con sus medios o con colaboración público-privada puedan sacar vivienda al mercado, fundamentalmente dirigida a los jóvenes que les permita iniciar una vida independiente, a las familias, y aquellos sectores más vulnerables de la sociedad.
Pero el gobierno de Pedro Sánchez y Yolanda Díaz se limita a sacar la pancarta y a manifestarse contra sí mismo, en colaboración con aquellos partidos que han tenido responsabilidades de gobierno como Compromís y que ahora se acuerdan del problema de falta de vivienda.
La vivienda hoy en día preocupa al 23.2% de la población, según el CIS, lo cual contrasta con el dato de que solo preocupaba al 2.4% cuando llegó Sánchez al gobierno.
Otro dato preocupante es que en los últimos años el precio del alquiler ha aumentado un 32% de media debido a la falta de vivienda provocado por el incumplimiento de la promesa de Sánchez de construir 184.000 viviendas, promesa que cada cierto tiempo es hecha como si fuera novedosa, lo cual pone de manifiesto el fracaso de la izquierda
En España el problema de la vivienda es de oferta y la solución no es intervenir el mercado poniendo en el punto de mira a pequeños propietarios que han convertido el cobro de los alquileres en un complemento a sus pensiones en muchos casos. Por eso, ante el inmovilismo de la izquierda, a la cual se le van cayendo las pancartas que tan felizmente llevaban, el Partido Popular ha planteado medidas concretas para evitar que la vivienda se convierta en un bien de lujo que condena a miles de familias y de jóvenes a la precariedad.
Son necesarias desgravaciones fiscales para incentivar la rehabilitación de viviendas, incentivar fiscalmente la construcción de vivienda nueva y apostar por la vivienda en localidades medianas. Hace falta seguridad jurídica para evitar que la oferta de vivienda se retraiga ante la desprotección del propietario debido a la ocupación ilegal.
Igualmente, hace falta liberar suelo eliminando burocracia y agilizando trámites administrativos para que la colaboración pública-privada pueda construir vivienda nueva con más agilidad.
Debe hacerse una política de exención de impuestos a los jóvenes y a las familias con rentas bajas durante los primeros 4 años desde la compra o alquiler y bonificar el impuesto de sucesiones y donaciones por familiares para la compra de vivienda. Así mismo, se debe garantizar un aval de hasta el 15% del total de la vivienda para facilitar y complementar la financiación de las hipotecas.
También debe crearse un fondo de garantía que permita avalar la fianza legal en los alquileres, así como poner en marcha incentivos fiscales para los propietarios que alquilen viviendas especialmente a jóvenes menores de 35 años, mayores de 65 años o personas y familias con bajos ingresos. Igualmente, son precisas ayudas para rehabilitación de viviendas que se saquen a alquiler con reducción del impuesto de bienes inmuebles.
Estas medidas deben acompañarse de una serie de leyes: de seguridad jurídica en materia de urbanismo, ley “antiokupación”, ley de agilización administrativa, ley que regule la colaboración público-privada en materia de vivienda, ley de vivienda con las exenciones fiscales, entre otras.
La vivienda no puede seguir siendo un problema, debe ser la solución para nuestros jóvenes que quieren independizarse y para las familias que quieren continuar su proyecto de vida, pero como ha quedado demostrado, la izquierda no tiene propuestas, solo tiene pancartas, eslóganes y consignas. En los 6 años de Sánchez, el problema se ha agigantado, como ocurrió durante los 8 años de gobierno Socialista-Podemos-Compromís en la Comunitat Valenciana, por lo que es necesario decirle a esta izquierda ineficaz: “si no aportas te apartas” y que deje paso a políticas de vivienda que generen ilusión a millones de ciudadanos.