Fernando de Rosa: “(Des) Concierto de Año Nuevo”

Fernando de Rosa: “(Des)Concierto de Año Nuevo”

El 1 de enero es tradicional el concierto de Año Nuevo de la orquesta filarmónica de Viena, que tiene lugar en la mañana de ese día, en el “Musikverein”. Es uno de los tantos eventos emotivos de estas fiestas. El momento estelar se produce cuando casi al término del mismo, la orquesta interpreta la “Marcha Radetzky” de Johan Strauss padre. Entonces, el director de orquesta consigue que músicos y los asistentes al concierto, llenen el salón de alegría, esperanza e ilusión por el año que comienza. El director interactúa con el público y logra sumar el sonido de sus palmas al de los diferentes instrumentos que integran la orquesta. Todos a una, logran una armonía y sincronización perfecta, gracias a la labor del director.

Sin embargo, con tristeza, desesperanza y desilusión comienza el año para muchas familias, empresarios y autónomos en España. Nos encontramos ante una situación sanitaria, social y económica de “(des)concierto de Año Nuevo”. Nuestro director de orquesta, el presidente del Gobierno, sigue sin ser capaz de sacar las mejores notas de la orquesta política que dirige, integrada por músicos que tocan los instrumentos desafinados del comunismo populista y del radicalismo excluyente.

  • En concreto, el viento y el metal están en manos de Podemos que hace tiempo enterraron sus ideales y cambiaron el impersonal “sí se puede”, por la primera persona del plural.

De esta manera, se pasó al “podemos” convertirnos en la casta gobernante de los casoplones y los cientos de asesores. El populismo comunista, desde que llegó al poder, dejó que sus ideales se los llevara el viento. Hemos llegado a la situación altamente paradójica, de que el que fue Vicepresidente del Gobierno, Pablo Iglesias, ha sido condecorado con la Gran Cruz de la Real y Distinguida Orden Española de Carlos III, en reconocimiento por su gran trabajo al servicio de “España y de la Corona”.

  • La percusión y la cuerda están en manos de los independistas catalanes de Esquerra Republicana y los excluyentes de EH-Bildu, socios preferentes de Sánchez.

El objetivo que tienen es golpear una y otra vez los pilares del Estado de Derecho, para causarle daño, repitiendo hasta la saciedad la misma cantinela. Es como el “Bolero” de Ravel, pero mal tocado y distorsionado: un ritmo y un tempo invariables, con una melodía obsesiva, repetida una y otra vez, para que cale en la ciudadanía. Así, la “pieza musical: <España nos roba>” de los independentistas catalanes, la han repetido hasta la saciedad, con grandes efectos orquestales aportados, entre otros por el canal autonómico TV3 o con la política de inmersión lingüística, llegando a un “crecendo in extremis” con el intento de golpe de Estado.

Mientras, Pedro Sánchez solamente anda ocupado en seguir subido a la peana que ocupan los directores de orquesta, y ser lo más visible posible, aunque sea dando constantemente la espalda a la ciudadanía a la que, con total falta de empatía, es incapaz de tenerla en cuenta. Las palmas que busca son las que le permitan acrecentar su ego, olvidando que la “orquesta” que dirige debe hacer sonar la música del empleo, la salud, la estabilidad económica y la confianza en el futuro.

  • Algo no “suena” bien cuando hemos acabado el año 2021 con la la inflación más alta de las últimas tres décadas.

De igual manera, hemos empezado el nuevo año con las notas disonantes de la crisis sanitaria generada por la covid-19, que está totalmente fuera de control. Después de tanto tiempo de convivencia con el virus, el Gobierno de Pedro Sánchez no sabe cómo gestionar esta crisis. Nunca asume responsabilidad alguna, y siempre acaba culpando a los ciudadanos, responsabilizando al sector de la hostelería, o a las reuniones familiares. Resulta totalmente insostenible la incidencia acumulada, o la presión en la atención primaria. Mientras, la Ministra de Sanidad, Carolina Darias, anda parapetada en la “cogobernanza” con las Comunidades Autónomas, sin reconocer que no sabe cómo hacer frente a la situación.

Este desconcierto de inicio de año nuevo, mucho me temo que vamos a seguir sufriéndolo en los próximos meses, pues al presidente del Gobierno, por la izquierda extrema de su particular orquesta, le ha salido una competidora, la vicepresidenta y ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, que busca abrirse paso, y coger la batuta de la izquierda en España. Su plan transversal para aglutinar el voto de la izquierda, le acabará llevando a hacer una OPA hostil al Partido Socialista. El choque de egos entre Pedro Sánchez y Yolanda Díaz, está servido. Ese va a ser el objetivo que tienen marcado para este nuevo año: estar en precampaña electoral, sin prestar atención a los problemas de los ciudadanos. Por su parte, el Partido Popular de Pablo Casado va a seguir trabajando para ser la alternativa tranquila a una banda de instrumentos desafinados. En todo caso, mis mejores deseos para este nuevo año 2022.