Fernando de Rosa: ”Cuando una puerta se cierra”

La frase “cuando una puerta se cierra, otra se abre”, pertenece a la cultura y refranero popular. Desde muy antiguo se utiliza. De hecho, aparece recogida en el Lazarillo de Tormes, o en el capítulo XXI de la primera parte del Ingenioso Hidalgo Don Quijote de la Mancha, de Miguel de Cervantes.

En la Celestina o Tragicomedia de Calisto y Melibea, Fernando de Rojas escribió: “cuando una puerta se cierra, otra suele abrir la fortuna, y este mal, aunque duro, se soldará”.

Con este refrán, se transmite un mensaje a quien sufre algo malo o algún tipo de infortunio, indicándole que, aunque ahora las circunstancias sean adversas, la situación acabará mejorando.

El refrán con el que he comenzado el artículo de hoy me ha venido a la cabeza al escuchar el pasado miércoles, las palabras del presidente del Gobierno de Aragón, afirmando que a España “le hubiera ido mejor” sin Pedro Sánchez.

Javier Lamdán realizó estas afirmaciones, en un acto organizado por las Cortes de Aragón, en donde sostuvo que todo hubiera sido diferente si cuando Alfredo Pérez Rubalcaba abandonó la dirección del PSOE, se hubiera presentado para ocupar la Secretaría General del partido, el expresidente de Asturias, Javier Fernández. De hecho, afirmó que le “suplicó” que se presentara, obviamente, para que Sánchez no saliera elegido.

  • Ya era hora de que en el Partido Socialista se empiecen a escuchar voces discrepantes ante la política de “tierra quemada” que está siguiendo Pedro Sánchez, tanto en su propio partido como en nuestra Nación.

Sin embargo, con posterioridad, el Presidente de Aragón se ha visto obligado a matizar sus palabras y manifestar su “lealtad” el presidente del Gobierno. De hecho, desde Ferraz le han tenido que “llamar al orden” ya que se han sentido molestos por una afirmación que, por cierto, la gran mayoría de españoles y españolas comparten.

La fontanería monclovita se ha tenido que poner a trabajar rápidamente y con urgencia, ante la gran grieta abierta en las cañerías sobre las que se sustenta la sumisión incondicional al líder.

Las elecciones autonómicas y locales ya se vislumbran en el horizonte y líderes regionales socialistas como Lambán o García-Page saben que su reelección peligra por las amistades peligrosas de Sánchez y sus desastres normativos y de gestión que se encadenan uno tras otro. Temen que la ciudadanía les castigue por los desaciertos y despropósitos del Gobierno social-comunista de Pedro Sánchez, Yolanda Díaz e Irene Montero.

Sin embargo, curiosamente, el presidente valenciano, Puig, sigue agazapado tras la sombra de Sánchez. Parece que está dispuesto a hundirse en el fango de los fracasos del Gobierno central, sin atreverse a levantar la voz o plantar cara ante el castigo al que el Gobierno somete a la Comunitat Valenciana en los presupuestos generales del Estado que están tramitándose.

En todo caso, es evidente que la llegada de Pedro Sánchez a la dirección del partido socialista, en primer lugar, y después a la presidencia del Gobierno de España, supuso que se cerrara la puerta del socialismo moderado, constitucional y comprometido con España y los españoles.

  • Por desgracia, esa puerta lleva mucho tiempo cerrada y el “aire” de la convivencia democrática ha acabado enrareciéndose.

No podía ser de otra manera, desde el momento en que la política del Ejecutivo la condicionan los radicales populistas y los nacionalistas excluyentes.

Así, por ejemplo, no es aceptable que en una sociedad democrática se “cierre la puerta” a la Guardia Civil de Tráfico en la Comunidad Foral de Navarra, y se “abra la puerta” al acercamiento de presos etarras.

Gravísimo también es que el Gobierno se haya puesto a “jugar” con las normas penales para contentar a sus socios, indultando a los golpistas o impulsando la reforma para la eliminación del delito de sedición que va a suponer, al fin de la postre, una amnistía encubierta prohibida por la Constitución.

  • Gravísimo también es que una ley tan nefasta como la del “solo sí es sí”, esté dejando en la calle a un sinfín de violadores y pederastas.

Es un insulto a la razón que la Ministra de Igualdad, Irene Montero, desde su escaño en el Congreso de los Diputados tenga la desfachatez de acusar al Partido Popular de fomentar la “cultura de la violación”, cuando precisamente, leyes como la que me he referido, dejan desprotegidas a las víctimas de los delitos contra la libertad sexual.

Con todo, es preciso que los ciudadanos sepan que como se dice en la Celestina, aunque eso que está mal, sea duro, se acabará “soldando” con el buen hacer, la moderación y compromiso con los valores constitucionales, del Partido Popular y su presidente nacional, Alberto Núñez Feijóo. Es hora de cerrar la puerta del sanchismo, y que se abran las ventanas de la libertad, y el respeto al orden constitucional y a las instituciones del Estado.