Don Erre que Erre

Don Erre que Erre

La expresión seguir erre que erre se utiliza en español cuando se quiere poner de manifiesto que una persona es insistente y terca, ya que repite una y otra vez la misma conducta, o el mismo discurso, pase lo que pase. Francisco de Quevedo ya utilizó esta frase en su “cuento de cuentos” en el siglo XVII. En 1970, Paco Martínez Soria protagonizó una genial película que llevaba como título: “Don erre que erre”. Esta expresión sigue siendo de total actualidad a día de hoy y aplicable a la política y gestión del sanchismo.

Hace pocos días, el presidente del Gobierno cerraba el curso político subiéndose al podio y colgándose al cuello la medalla de oro a la mejor gestión política, social y sanitaria. Si hace una semana era Superman, ahora comparece ante los medios de comunicación como el político más laureado. En un momento en que se están desarrollando los Juegos Olímpicos y los deportistas se esfuerzan por dar lo mejor de sí y obtener para sus países el mayor número posible de medallas, el presidente del Gobierno se las autoconcede. El discurso siempre es el mismo, ausente de autocrítica, repetir hasta el hartazgo que, sin él, todo sería un caos. Sánchez gobierna con terquedad, y con mensaje de ruptura, rencor, amenaza de requisas, ruina democrática y económica, así como el riesgo extremo sanitario. Este es el discurso que erre que erre se repite en la política social-comunista.

Efectivamente, Pedro Sánchez gobierna porque los que buscan la ruptura de la sociedad, de España y el orden constitucional, le apoyan. Unidas-Podemos con un discurso bolivariano de buenos y malos ciudadanos, son el sostén visible de Sánchez. La instalación del comunismo en el gobierno de la nación y en algunas Comunidades Autónomas, ha traído la radicalización a nuestra sociedad. Por otro lado, los rupturistas catalanes y los socios blanqueados de EH-Bildu, buscan sacar provecho de un presidente del Gobierno débil y sin principios.

El rencor también se ha instalado en nuestra sociedad impulsado por el Gobierno social-comunista que se empecina en dinamitar el pacto de convivencia que los españoles sellamos en el momento de la Transición. Leyes como las de memoria histórica buscan evitar que las heridas puedan cicatrizar.

No es tampoco una casualidad que una de las reformas que Sánchez quiera impulsar sea en Seguridad Nacional con la que se puedan realizar requisas de bienes y dinero de los ciudadanos. De esta manera, se pone en el punto de mira el derecho fundamental de propiedad privada, recordando el famoso ¡exprópiese! de Hugo Chávez.

La ruina en valores constitucionales y democráticos llegaron con el gobierno social-comunista, y a su vez, la crisis económica. La situación generada por la Covid-19 se ha querido mostrar desde la fontanería monclovita como una ocasión para demostrar la buena capacidad de gestión del Gobierno. Sin embargo, muchos han quedado atrás: empresarios, autónomos y ciudadanos en particular que solamente han recibido el desprecio de nuestros gobernantes y su falta de empatía. Sectores, como el turístico o la hostelería han sido totalmente olvidados y dejados a su suerte.

Sánchez y los suyos preparan sus vacaciones de verano mientras que la mayor parte del territorio nacional se encuentra en riesgo extremo motivado por la pandemia, con una tasa disparada de incidencia en los contagios, altísimos ingresos hospitalarios y un número preocupante de fallecimientos.

En definitiva, el sanchismo sigue erre que erre: instalado en la ruindad política y desprecio a las instituciones, restando, restringiendo y suspendiendo derechos fundamentales sin ajustarse al marco legal y constitucional, instalado en un afán recaudatorio desmedido, y en el ridículo en política internacional. España merece un gobierno mejor, y el Partido Popular está en condiciones de devolver a los ciudadanos la ilusión y la confianza en su futuro.