– Las localidades afectadas por la riada están a niveles de delincuencia increíbles.
¿Y que hace la policía y los ayuntamientos? Pues poner cartelitos para que sean los vecinos los que “se saquen las castañas del fuego”. Oiga, que un municipal está para cruzar niños en los pasos de cebra frente al cole y ponerle multas a usted, por aparcar donde puede. ¡A ver que se ha creído!
Lo de L’Horta Sud pasa ya de castaño oscuro. En vez de ayudas, lo que nos están llegando son ladrones y criminales. Es el paraíso del maleante.
Llevan más de seis meses robando como comadrejas. Roban cualquier cosa. Coches (como han descubierto muchos vecinos) motos, casas, negocios y ¡hasta las puertas nuevas en los garajes! ¿Dónde están todos los policías que nos paraban en las rotondas de los pueblos cuando salíamos a por comida? ¿Dónde están esos aguerridos guardianes de la ley? ¿Dónde estaban cuando saquearon polígonos enteros sin problemas? ¿Dónde estaban cuando en el barrio Orba se robaba a manos llenas?
Un cartel como el aparecido en uno de los municipios más afectados por la riada, nos deja claro que estamos desamparados.
Para sorpresa de muchos vecinos, la retirada de su coche se hizo sin tener nada en cuenta. Los coches han sido saqueados y robados con impunidad. La prioridad fue quitarlos de en medio. Dónde acabaran, o si se desvalijaban y se vendían a piezas, eso, ya para después. Vecinos a los que algunos espabilados les decían que compraban su coche como chatarra por trescientos euros, y que, tras unos meses, veían estupefactos cómo aparecía el cambio de nombre en la DGT. Motos que desaparecían de las campas sin dejar rastro. Vehículos que ningún desguace (que es quien puede hacerlo, usted, dueño del vehículo no) puede dar de baja, porque no está. Eso sí, si no se da de baja, el impuesto vendrá puntual a restar dinero de su cuenta.
En Valencia se está robando como si no hubiera un mañana.
Los polígonos industriales centros y zonas comerciales se saquearon a conciencia durante días. No había vigilancia y seguimos igual. Pagando sueldos Nescafé para que nos pongan cartelitos “concienciándonos” de que, si nos roban, es porque no estamos al quite de reforzar cerraduras y vigilar.
“Hágaselo usted mismo”.
Un ayuntamiento medio en esta zona puede tener unos dieciséis concejales. Un alcalde-presidente y presidente-efectivo (no sé muy bien qué es esto) y cinco vocales (ya si eso, llegaremos a las consonantes). Y como este ayuntamiento, todos los demás. Si le interesa, entre en las páginas de los ayuntamientos y comprobará como yo, con cierta estupefacción, que lo más nutrido y organizado es lo de recaudar impuestos.
Por ejemplo, eso de “secretaría”: Intervención, Tesorería, Gestión tributaria (impuestos sobre bienes inmuebles de naturaleza rústica o urbana (I.B.I.), Impuesto sobre actividades económicas (I.A.A.E.E.), Impuesto sobre vehículos de tracción mecánica (I.V.T.M.), Impuesto sobre el incremento de valor de terrenos de naturaleza urbana (I.V.T.N.U.), Impuesto sobre construcciones y obras (I.C.I.O.) Tasas y “otros”.
Dieciséis concejales (casi parece una falla).
Los “Vocales” (a la espera de aumentar mediante consonantes) y después eso de la “secretaría”, dónde se encargan de cobrar impuestos. Eso de “el I.B.I.”. Usted paga, pero si su casa está destrozada por la riada el ayuntamiento no le va a dar ni un ladrillo y si entran cacos, será porque no ha echado bien el cerrojo. El “I.A.A.E.E.”. Si su peluquería quedó destruida, y unos saqueadores se llevaron hasta los peines porque el agua arrancó su puerta, al ayuntamiento no vaya a contárselo. Y cómo no, “el I.V.T.M.” que usted paga religiosamente, pero si su vehículo fue desguazado o robado, no vaya a pedirle cuentas al ayuntamiento. Como mucho, ponga una denuncia que lo único que le asegura es no pagar el impuesto. Y “el I.C.I.O.”. Si tiene que reconstruir algo, su casa, su negocio o su garaje, ¡no olvide pasar por caja!
Realmente ¿para qué estamos pagando?
La famosa cantinela “impuestos para educación, carreteras y sanidad” ya no se la puede creer nadie con dos neuronas que se hablen. Los ayuntamientos son oficinas de recaudación al estilo del sheriff de Nottingham. El congreso de los diputados o el senado son “resorts” con sueldos vitalicios. De las diputaciones ya ni hablamos.
Lo que pagamos a precio de Caviar de Beluga, es un aparato de dimensiones ciclópeas que mantiene a mucho “flojo” sin formación en muchos casos, ni experiencia. Y los funcionarios con formación, aquellos que aprobaron una oposición, casi siempre están a las órdenes de estos “flojos”. Las consecuencias son muy visibles.
Así que, si usted vive en L’Horta Sud, tenga muy en cuenta que debe “hacérselo usted mismo”. Su ayuntamiento le proporcionará información con unos carteles. No se queje. Entre otras cosas, porque no le va a servir de nada.