Las pérdidas de facturación de los locales de ocio superan en los últimos meses el 80% y la Hostelería el 40% de media
Discotecas y pubs se quedan sin músculo financiero y aseguran que su capacidad de resistencia económica se sitúa entre los 15 días y dos meses
La Coordinadora emplaza a Puig a visitar a los propios empresarios para conocer en primera persona la magnitud de su drama económico antes de tomar nuevas decisiones
Las pymes del ocio y la hostelería de la ciudad de Valencia llegan a agosto con las cajas sin cuadrar. Los pubs y discotecas han cerrado los meses de mayo, junio y julio con una media de pérdida de facturación del 80.6% con respecto al mismo período de 2019, y muchos, 3 de cada 4, se han visto obligados a volver a cerrar sus puertas durante el mes de julio, y lo que llevamos de agosto, tras el endurecimiento de las medidas aprobadas en las dos últimas comisiones interdepartamentales por el Consell.
Así lo refleja la última encuesta realizada por la Coordinadora de los Barrios de Valencia a bares, restaurante, pubs y discotecas de la ciudad para conocer su actual situación y perspectivas de futuro.
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El barómetro, que distingue entre las pymes de ambos sectores, indica que, aparte de la facturación, la capacidad de resistencia económica es mínima.
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En el caso, de los pubs y discotecas, el 81,82% de las pymes encuestadas aseguran que ésta se sitúa entre los 15 días y dos meses máximo.
El mismo estudio señala que con las actuales limitaciones de horario, aforos y prestaciones propias del ocio nocturno la pérdida de ingresos por cada hora menos de actividad es de un 60%, con cajas por sesión, en algunos casos, que no llegan a los 500 euros, teniendo que cubrir el mismo coste solo de gastos fijos mensuales, que en el caso de las discotecas ascienden a una media de 21.250 euros y en el de los pubs de 6.250 euros.
Respecto a los locales de hostelería, su facturación durante los últimos tres meses ha sido de un 58,7% con respecto a la de los mismos meses de mayo, junio y julio de 2019, es decir, que han registrado una caída media del 41,3%, y por cada media hora menos de actividad al día dejan de ingresar un 16%, que traducido en números absolutos supone 125 euros de pérdidas diarias y cerca de 4.000 euros al mes.
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Una bajada que achacan a pérdidas de horario, aforo del 50% en interiores y a una caída del ticket medio del cliente del 28,03%.
Sobre la capacidad de resistencia económica de los bares y restaurantes, más de la mitad de los encuestados ( el 52,09%) la sitúan de uno a tres meses y el 47,08% en más de tres meses.
Tras conocer estos resultados, la Coordinadora de Hostelería de los Barrios de Valencia pide al president de la Generalitat Valenciana, Chimo Puig, que no solo haga una lectura mediática de los alarmantes datos. Es más, emplazan al mismo jefe del Consell a conocer de primera mano y sobre papel real las cifras que manejan cada uno de los empresarios, así como la magnitud de drama económico y psicológico que viven antes de adoptar y anunciar las medidas en la próxima Comisión Interdepartamental, previa al día 16 de agosto, fecha que vencen las actuales restricciones.
Hasta ahora, señalan desde la Coordinadora, las pymes del sector se han sentido abandonadas, estigmatizadas y maltratadas políticamente y económicamente por la administración autonómica, pese a erigirse como el Gobierno de todos y todas las valencianas.
Por ello, piden que dejen de referirse al sector con “tanta frialdad”, apelando en sus comparecencias públicas al esfuerzo de las empresas del sector, las únicas que siguen cerradas o con restricciones, para salir de la crisis sanitaria y sin ayudas reales. Cuando, precisamente, subrayan, esta quinta ola hubiera podido evitarse por parte del ejecutivo valenciano, ya que, insisten, no ha sabido gestionar el caos en las calles tras el toque de queda, pese a las reiteradas advertencias de lo que podía suceder con los macrobotellones y fiestas en la vía pública, mientras el Consell decidía volver a cerrar el ocio nocturno reglado.
En este contexto, reclaman que pongan sobre la mesa medidas que desbloqueen, de una vez por todas, una situación insostenible en el tiempo para las miles de familias que viven del ocio y de la hostelería, porque no pueden, remarcan, “sentarnos cada 15 días en el banquillo de los acusados sin más ”.
Medidas resolutivas y equilibradas para el arranque de un sector que no puede quedarse atrás con el buen ritmo de vacunación
Su obligación como gestores públicos, recalcan, es dejar de adoptar medidas cortoplacistas y empezar a tomar, desde ya, decisiones equilibradas a la realidad y tener un plan de reapertura y económico sobre la mesa, consensuado con el sector, que permita que pueda subirse al carro de la recuperación. Más, cuando la vacunación avanza a buen ritmo entre todas las franjas de edad de la población y cuando existen herramientas y sistemas para crear espacios de ocio seguro, como en cualquier otra actividad económica o social, frente a los botellones y fiestas multitudinarias en casas y chalets privados , que son los principales focos de contagio y que se suceden semana tras semana.