Cristina y Andrea lo habían conseguido. Unidas desde los cinco años, recorrieron juntas cada etapa de sus vidas: primaria, el instituto y, más tarde, la misma formación. Con 20 años hicieron realidad su sueño juntas: abrieron su propio salón de belleza en Alfafar, un espacio que durante 19 años se convirtió en su segunda casa. Pero la DANA lo destruyó todo. Hoy, con dos bebés de apenas un año, Cristina y Andrea enfrentan un capítulo más en su historia: volver a empezar desde cero.
Un día normal, hasta que dejó de serlo
Cristina vive en Sedaví, en una casa a pie de calle; Andrea, en Alfara del Patriarca. Ambas recuerdan aquella tarde como cualquier otra en la que hace mal tiempo. “El cielo estaba nublado, hacía un poco de viento, pero no llovía”, explica Cristina.
Como de costumbre desde que fueron madres, ambas acaban de trabajar a las cuatro de la tarde. Sin embargo, aquel día se retrasaron: las dos empleadas de su clínica no pudieron acudir, lo que las obligó a quedarse más tiempo.
La tranquilidad empezó a romperse cuando empezaron a recibir mensajes de amigos y familiares: “El barranco se está desbordando, iros a casa ya”. Andrea se fue en transporte público, que ya empezaba a fallar. Cristina, por su parte, se quedó con una clienta y se fue a casa sobre las seis y media.
“Cancelamos las citas que teníamos, y las agendamos de nuevo para el día siguiente, pero no podíamos imaginar que al día siguiente nuestra clínica ya no iba a estar”, recuerda Andrea.
La larga noche de Cristina
Cristina llegó a casa confiada, pensando que no iba a pasar nada. «Mandé un audio a nuestras empleadas: chicas, tranquilas, aquí no pasa nada». Tras acostar a su bebé y cenar con su marido, la luz se fue.
Preocupada, llamó a su hermana, quien también vive en Sedaví, justo al lado del puente. Durante la llamada telefónica, su hermana le advirtió de la inundación. “Yo le dije que mi casa era imposible que se inundara. Tengo cinco escalones antes de subir a casa”, explica Cristina. “De hecho, pensaba que no iba a pasar ni del tercer escalón, pero sí pasó”, recuerda.
Cuando quisieron reaccionar, ya tenían el agua por las rodillas. Con su bebé en brazos, Cristina y su marido lograron salir por la terraza gracias a la ayuda de sus vecinos. “Se alinearon los astros: teníamos unos palés y los vecinos nos lanzaron una escalera para subir al primer piso del edificio de al lado”, explica. “Pasamos dos días aislados, sin luz, sin información y sin saber qué hacer», recuerda.
Una nueva realidad para Cristina y Andrea
Unos días después, las dos se acercaron al salón de belleza. “Las dos pensamos que sería cuestión de sacar agua, limpiar y a continuar trabajando. Pero cuando vimos cómo estaba el local, nos dimos cuenta de que lo habíamos perdido todo”, explican.
Sin embargo, Cristina no solo ha perdido su negocio, sino que también su hogar y el negocio de su marido: “Mi casa está destrozada y mi marido ha perdido el taxi. Estamos los dos sin trabajo”. “En el momento en que nos salvamos, supimos que lo habíamos perdido todo”, lamenta Cristina.

¿Era el momento de separar sus caminos?
Los problemas fueron aumentando con la actitud del propietario del local, quien, lejos de brindar apoyo, les provocó una gran decepción. A pesar de llevar 19 años como inquilinas y no dar ningún problema, el propietario no mostró interés en ayudar. “Nos dijo que, si queríamos arreglarlo, nos subiría el alquiler. No tenía seguro y simplemente se desentendió”, cuenta Andrea con indignación. “No quiso ni hablar con nosotras en persona. Ni siquiera ha visto cómo ha quedado su local”, añade Cristina.
Las dos sintieron que era el momento de separar sus vidas. Andrea comenzó a considerar abrir su negocio en Alfara. Sin embargo, el destino tenía otros planes. La madre de Andrea les ofreció un local en Sedaví, también afectado por la DANA, pero con el potencial de convertirse en un nuevo comienzo.
Mejor unidas que divididas
Ambas están dispuestas a afrontar la reconstrucción de su nuevo local. «Es un esfuerzo enorme, pero no nos queda otra», explican. Afortunadamente, cuentan con el respaldo de las ayudas de la Generalitat, el programa de pymes de Juan Roig, Hacienda, y el consorcio de seguros.
Cristina y Andrea lo seguirán consiguiendo. Están dispuestas a levantarse de nuevo, como lo han hecho desde que eran niñas. Si algo les ha demostrado esto, es que jutas son más fuertes que nada. Su meta ahora: reabrir sus puertas en tres meses.

Información del negocio
- Nombre del negocio: Beauty Estética Sedaví
- Dirección: Calle Pintor Sorolla 29 bajo A, Alfafar
- Número de teléfono: 664 482 810
- Instagram: @beautyesteticavlc
- Recaudación de fondos: gofund.me/075daa3b
- Servicios: Tratamientos faciales, microdermoabrasion, microneedling, espátula ultrasónica, diatermia capacitiva y resistiva, electroestimulación, tratamientos corporales, rollaction, diatermia, push up de glúteos, Presoterapia, Depilaciones, Láser, Micropigmentacion, Belleza de manos y pies, Yoga y Pilates