Viachers “El Espíritu Españeta”

Viachers “El Espíritu Españeta”

Bernardo España Edo, falleció el pasado miércoles 14 de octubre a la edad de 82 años. Con él se fue, no solo el utillero que durante más de 60 años limpió las botas de más de 700 jugadores que pasaron por la entidad valencianista viendo levantar más dos docenas de copas y títulos en Mestalla en más de medio siglo que Bernardo trabajó para el equipo de sus amores. Con él se fue un símbolo. El símbolo de lo que el Valencia Club de Fútbol significa para la mayoría de sus aficionados más longevos y fieles.

Su sueño por convertirse en futbolista del Valencia acabó con un accidente de moto a los 16 años.

Jamás se rindió y movido por su ímpetu y amor por el club le llevaron a colarse en los entrenamientos en Mestalla día tras día, ayudando a recoger balones y material. Así, en silencio y con un trabajo altruista empezaría Españeta su leyenda en el Valencia.

El utillero más emblemático y carismático del fútbol mundial era valenciano y tenía una repercusión, a veces superior, a la de muchos futbolistas que vistieron la camiseta.

Esta semana llora su muerte el fútbol español, pero en especial la sociedad valencianista, sabedora de que con su adiós se marcha una leyenda y se cierra con ella una etapa de la que muchos entendían lo que era y representaba al Valencia CF.

Que paradójico que el adiós de Españeta se produzca en el año donde más controversia y autodestrucción hemos vivido. Más de 100 años de historia de un equipo bronco y copero que en solo unos meses hemos visto pisotear, humillar y liquidar desde dentro. Un club que, en manos de sus actuales dueños, ha ido perdiendo sus señas de identidad, olvidando su historia y faltando a los principios que un día lo hicieron grande.

Humildad, trabajo, tradición y alegría, eso era para mí Españeta.

Esta semana nos deja, no solo su persona sino los principios del valencianismo. Unos principios que desaparecen con el gran utillero y que son la razón de ser del VCF. Olvidarse de ellos sería negarnos a nosotros mismos y abocaría nuestra desaparición, si es que aún nos queda algo.

Solo en las manos de los valencianistas de corazón, los que de verdad están sufriendo como si una parte de ellos se desgarrase por dentro al ver las continuas noticias que prácticamente todos los días han salido en los últimos meses, estará la capacidad para mantener vivo el “espíritu de Españeta”.

No hablamos solo de fútbol, hablamos de los valores que representaba y que son nuestro ADN.

Un equipo luchador, que jamás se rinde, donde se reconoce el trabajo y se trata bien a sus empleados; donde la afición es soberana y las leyendas reciben el trato que merecen; el escudo está por encima de todo y el esfuerzo no se negocia. Donde el club es respetado dentro y fuera, y se hace respetar.

Donde el dinero pasa a un segundo plano cuando hablamos de personas y donde la historia, la tradición y la cultura que representa el VCF son obligaciones constitucionales de respeto y conservación.

Valencians en peu alçeu-se, el Espíritu Españeta hay que mantenerlo vivo, es nuestra obligación. Se lo debemos a él.

Per sempre, Bernado