Han pasado 117 días de la riada, ocurrida el 29 de octubre, la cual se llevó más de 200 vidas de los municipios de Valencia. Aun así, el mundo fallero da la bienvenida a la fiesta más emblemática de los valencianos: las Fallas.
Son las cinco de la tarde, pero las calles de la ciudad y las proximidades de las Torres de Serrano están ya acogiendo a los festeros, con música y una alegría contagiosa. Todavía faltan tres horas para la Cridà, evento que da la bienvenida a las fallas.
Por las calles ya se pueden ver los primeros falleros, con los colores y vestimenta propias a la tradición. En unas horas los alrededores de las Torres estarán repletos de gente; valencianos, pero también turistas, que se reúnen para homenajear a las fiestas, consideradas patrimonio cultural de la humanidad.

Entre la multitud, resaltan las fallas de los pueblos afectados por la DANA
A ratos, la celebración se ve interrumpida por recuerdos de familiares fallecidos o negocios perdidos. En medio de la fiesta, entre cánticos y cervezas, se cuentan historias de los primeros días después de la riada. Todos conocen a alguien que falleció, ya sea el padre de un amigo o un compañero de trabajo; personas a las que se les extraña en estos momentos más que nunca.
Naiara vino desde Alfafar junto a sus amigos para dar la bienvenida a la festividad. Relata cómo las primeras semanas, después de afrontar los daños materiales y humanos, se puso a pensar en su falla. “No tenía ni idea de lo que iba a pasar con la falla. Lo que pasa es que sabíamos que monumento no teníamos. Todavía no sé si lo vamos a tener.”, cuenta. Pese a esto, se muestra positiva ya que todos los actos programados se van a celebrar.
Poco después, cae la noche y frente a las Torres de Serrano la multitud ahoga las calles de la ciudad. Está repleto de jóvenes que disfrutan del ambiente, que comparten memorias de su infancia, que recuerdan cómo conocieron a los amigos que los están acompañando desde hace una década. En aquellos tiempos eran mucho más pequeños, sus prioridades y problemas eran otros, pero siguen disfrutando con la misma ilusión.
A las 20 horas, entre risas y bailes, se desarrolla un espectáculo de luces y colores. Entre la música, acróbatas llenan de purpurina a una multitud que se asombra. No importa la edad, por unos momentos todos se permitieron disfrutar del espectáculo.

Fueron los discursos de Berta y Lucía, las falleras mayores de Valencia, los que volvieron a recordar a los presentes que están incompletos. A muchos se les han inundado sus trasteros y a muchos otros sus coches, sin embargo, lo más importante fueron las pérdidas de sus seres queridos. Entre lágrimas la fallera mayor infantil mandó un mensaje de esperanza “el sol sempre torna a brillar a València, com el foc sempre torna a les nostres Falles”.
El mensaje llegó a los corazones de los presentes, acompañado por los fuegos artificiales, y de una forma agridulce dan comienzo a las Fallas. Con esto y pese a todo, en palabras de Berta “la riuada no s’ha endut el nostre amor per les Falles”.















