Francisco Bueno Camejo: «Emocionante y espectacular Madame Butterfly»
Pese a tratarse de una reposición producida por el propio coliseo valenciano, el Palau de Les Arts estaba lleno a reventar. La función de ayer domingo contó con un ingrediente más: fue retransmitida gratuitamente en la plataforma de streaming. La amplia difusión y las expectativas que generó entre el público esta versión repuesta no defraudó en absoluto: se trató de una emocionante y espectacular “Madama Butterfly”, una de las mejores óperas que ha producido nuestro Palau de Les Arts a lo largo de su historia.
En la puesta en escena destacó sobremanera el duende artístico del iluminador jiennense, Antonio Castro. El de Cambil pintó con sus proyectores lumínicos los cambios trascendentales de la trama. Así, los instantes dramáticos se tiñeron de rojo.
Precioso el amanecer que señala el comienzo del Acto III. Recurrió a la yuxtaposición de luces en la hiriente comparecencia del tío Bonzo, la voz de la incomprensión y de la rígida e impermeable tradición nipona. El tierno final del Acto I, con el amoroso encuentro entre Pinkerton y Butterfly fue convertido en una noche de cuento, con las refulgentes estrellas sobre el firmamento.
A la misma altura estuvo la bien ambientada escenografía de Manuel Zuriaga y los exquisitos vestuarios de Giusi Giustino. El traje del Cónsul de EE. UU. anduvo en sintonía con el audiovisual de Miguel Bosch, recreando la II Guerra Mundial en el área del Océano Pacífico.
Los cantantes, maravillosos, fueron también buenos actores y transmitieron una honda emoción, como lo atestiguan las lágrimas derramadas por los espectadores durante toda la ópera.
Vayamos, en primer lugar, con la descomunal voz de la letona Marina Rebeka. Esta cantante aúna las virtudes de la soprano spinto con la soprano lírica, haciendo que su instrumento canoro no sea fácil de encasillar.
Tiene la fuerza y robustez propia de un papel como la Violeta de “La Traviata” o “Turandot”; y por eso su voz se proyectó de manera hercúlea en la Sala Principal de nuestro Palau de Les Arts. Pero, por otro lado, su timbre metálico lo entuba, dándole un brillo nacarado que, aunque no es delicado, sí que tiene lirismo. Eso le permite cantar óperas de Mozart. Su gama es amplia y elástica.
Tanto Marina Rebeka como su partenaire, el tenor italiano Piero Pretti, tuvieron una trayectoria durante la función dominical de ayer que anduvo in crescendo, de menos a más. Este cantante sardo es un spinto que proyecta con mucha facilidad contundentes ataques al registro sobreagudo verdaderamente impecables. Sin ser especialmente carnoso, porque su instrumento no es un tanque, posee en cambio una técnica exquisita que ataca las frases musicales con una limpieza proverbial.
El barítono español Àngel Òdena es un magnífico cantante. El tarraconense supo humanizar muy bien su papel del Cónsul norteamericano Sharpless, asistido por una voz suya perfectamente proyectada. Es un barítono lírico poderoso, teatral. Su actuación en los Actos II y III fue espectacular, y por eso cosechó muchos aplausos.
Muy buena la actuación de la mezzosoprano española, Cristina Faus. Nosotros hemos podido seguir la trayectoria de esta cantante valenciana desde los años en que cursó los estudios de Magisterio. La mezzosoprano de Benaguacil ha ido ganando talento dramático y su voz es cada vez más carnosa y de gamas graves oscuras, lo que le permite bascular entre la mezzosoprano lírica y la dramática.
El resto de cantantes, ora los secundarios ora los comprimarios, -como el papel de Kate Pinkerton-, cuajaron una gran actuación. El coro cantó a piacere, tanto en escena como con la boca chiusa tras las bambalinas. La bailarina Fátima Sanlés nos hizo una delicada danza de la mariposa.
La orquesta, rica en timbres y con un pulcro fraseo, bajo la batuta de Mesina, Antonino Fogliani, quien tiene un talento artístico envidiable que consigue sacar el jugo a la orquestación de Giacomo Puccini.
Ficha técnica.
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Lugar y fecha: Palau de Les Arts, Sala Principal, 19 de diciembre, 18 horas.
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Programa: “Madame Butterfly”, tragedia japonesa en tres actos con libreto de Luigi Illica y Giuseppe Giacosa y música de Giacomo Puccini.
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Reparto: Marina Rebeka, soprano (Madame Butterfly); Cristina Faus, mezzosoprano (Suzuki); Mariana Sofía García, mezzosoprano (Kate Pinkerton); Piero Pretti, tenor (B. F. Pinkerton); Àngel Òdena, barítono (Sharpless); Jorge Rodríguez-Norton, tenor bufo (Goro); Tomeu Bibiloni, tenor (El Príncipe Yamadori); Fernando Radó, bajo (El tío Bonzo); Lluís Martínez, bajo (El tío Yakusidé); Alejandro Sánchez, bajo (El comisario imperial); Xavier Galán, bajo (El registrador oficial); Lucía Pitarch, mezzosoprano (Madre de Madama Butterfly); Pilar Marco, soprano (La tía de Madama Butterfly); Estrella Estévez, soprano (La prima de Madama Butterfly); Leone Carbonell, papel mudo (“Dolor”, hijo de Madama Butterfly).
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Dirección de escena: Emilio López.
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Escenografía: Manuel Zuriaga.
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Vestuarios: Giusi Giustino.
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Iluminación: Antonio Castro.
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Audiovisual: Miguel Bosch.
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Coro: Cor de la Generalitat Valenciana.
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Orquesta: Orquestra de la Comunitat Valenciana.
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Dirección musical: Antonino Fogliani.