La pandemia dejó grandes enseñanzas más allá del ámbito sanitario, pero los economistas Santiago Lago y Beatriz González alertan de que no se están aplicando para anticipar futuras crisis. Ambos participaron en el ciclo Acciones colectivas frente a los riesgos globales, organizado por la Fundació Ernest Lluch y el Ivie en Valencia.
Avances en ciencia y gestión sanitaria
Beatriz González, catedrática de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria y experta en economía de la salud, recordó que durante la covid-19 la ciencia avanzó a gran velocidad gracias al trabajo colaborativo y al intercambio de datos. En España, los hospitales mejoraron su gestión con mayor flexibilidad, aunque la atención primaria tuvo más dificultades por su estructura jerárquica.
Respuesta económica eficaz, pero sin continuidad
Santiago Lago, catedrático de la Universidade de Santiago de Compostela, destacó que Europa actuó rápido y con contundencia, adoptando medidas como la deuda mancomunada y la suspensión de las reglas fiscales, lo que ayudó a sostener la economía. En España, los ERTEs y los créditos ICO fueron decisivos. Sin embargo, lamentó que no se haya consolidado una estrategia de prevención y coordinación para futuras crisis.
Falta de coordinación política
Ambos expertos coincidieron en que la confrontación política frena la preparación ante emergencias. Lago subrayó la necesidad de “coordinación entre administraciones” y propuso elaborar mapas de riesgo autonómicos para responder con agilidad ante amenazas locales como inundaciones o mareas negras.
Llamamiento a una estrategia nacional de emergencias
González reclamó la aprobación del real decreto de ley de emergencias para contar con una regulación eficaz. También recordó que el informe del Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de Salud (CISNS) ya propuso medidas clave como un sistema de alerta precoz, una reserva estratégica sanitaria y una mayor colaboración público-privada.
Luces y sombras del sistema sanitario
La economista señaló avances en digitalización sanitaria y cooperación en red, pero alertó de otros problemas: la falta de inversión en dependencia (solo el 0,9 % del PIB), el aumento del burnout entre médicos de atención primaria (24 % afectados) y el crecimiento de los problemas de salud mental, que repercuten también en la productividad y el absentismo laboral.
Prepararse para la próxima crisis
Los ponentes concluyeron que ante los riesgos globales la vulnerabilidad es inevitable, pero la preparación es posible. “La próxima pandemia no es cuestión de si, sino de cuándo”, advirtieron, insistiendo en que solo con confianza, ciencia y cooperación se podrá afrontar con éxito.















