Los vecinos de la Zaidía hartos de los botellones con menores y música alta todos los fines de semana

La problemática de los problemas derivados del botellón se extienden en valencia sin que desde el Consistorio Municipal se de ninguna solución a los vecinos y menos alternativas a los jóvenes.

Parece que el lei motiv municipal es «no existe el problema» negando la mayor una y otra vez cuando no actuando contra los vecinos, las víctimas cada fin de semana. Un Ajuntament el de Joan Ribó y Sandra Gómez «contra los vecinos», cuya permisividad roza todos los límites inimaginables.

La Zaidia y los problemas junto a los solares de la calle Reus-Ruaya

Los vecinos de la Zaidía desesperan, como en tantos otros lugares, y su indignación va creciendo como su enfado con las autoridades municipales y su total inacción.

Las denuncias vecinales ignoradas por Ribó y Sandra Gómez

Los vecinos denuncian que ante la música alta y la imposibilidad de dormir avisan a la policía local, y parece según asumen en redes sociales que no acude, incumpliendo su obligación para con la ciudadanía.

Los vecinos indignados advierten de menores consumiendo alcohol en la vía pública en un parque, con música electrónica con alto volumen. Incumpliendo varias leyes autonómicas y ordenanzas municipales, pero parece que los agentes locales «no acuden».

Una situación que se repite en numerosas ocasioens ante la total inacción municipal, que tan sólo sabe pagar a empresas afines para elaborar «decálogos de convivencia» completamente desfasados y que no entran a valorar la raíz del problema.

Un Ayuntamiento  la deriva y contra los vecinos

La solución no es policial, pero para qué queremos agentes de policía local si éstos no hacen cumplir al menos la legislación pertinente. Una pregunta que se hacen cada vez más ciudadanos en una Ciudad que permite todo tipo de desmanes.

Tampoco hay alternativas de ocio paralelas ni lugares seguros donde poder reunirse los jóvenes sin eprjudicar a los vecinos. Un debate de hace muchos años, pero que las autoridades actuales no han querido abordar por miedo y cobradía. Miedo a la pérdida de apoyos entre los jóvenes a nivel electoral.

Un Ayuntamiento que por otra parte ha humillado con dinero público las actuaciones policiales de los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado que los ven y venden como «fuerzas opresoras».