Alberto López ¿Nos están robando la identidad Hispana?
Alberto López. Hace pocos días charlábamos amigablemente un grupo de amigos, todos hispanistas y de procedencia diversa, acerca del futuro de nuestra cultura común.
De repente algunos nos dimos cuenta que partíamos de diferentes caminos, es decir, teníamos ideas diversas de conceptos que deberían ser punto de partida para cualquier debate hispanista, primero se han de asentar y cimentar conceptos básicos. El principal problema según creo es delimitar bien que era y que es ahora España.
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Mi intención es dar una visión histórica de lo que fue aquella gran unión de pueblos diversos.
El concepto de nación histórica española hunde sus raíces y se forja a través de las noches de los tiempos. Es difícil discernir o poner fecha de inicio puesto que, como todo proceso histórico, es el resultado de la confluencia y de la capacidad de sincretismo de los pueblos que han generado dicho proceso.
A pesar de esto podemos decir que el eje vertebrador de este proceso es el imperio Romano. Cuando irrumpe el imperio en la península, todo el sustrato prerromano se fusiona con la gran Roma, aportando ésta a la península toda su sabiduría, la filosofía griega y la fe de tierra santa.
Todo ello conforma una tierra que fue uno de los ejes centrales del imperio dando varios emperadores como Trajano o Teodosio y eruditos como Séneca.
A finales del imperio llega a la península una población visigoda ya muy romanizada, cosa que favorece rápidamente su incorporación al poder civilizatorio de Roma. Esa mezcla de raíces que convergen en una misma idea de pertenencia a “algo” comienza a ser cada vez más fuerte en el nuevo reino visigodo.
En el 711 d.c. comienza la conquista musulmana de la península. Este hecho es un fuerte catalizador para la idea de España, y digo “idea” puesto que claramente aparece una fuerte convicción de recuperar la Hispania visigoda, Hispania que realmente ya no existía. Con lo cuál esa “idea” de Hispania anida en las mentes y los corazones de las gentes. Como bien dice el historiador Quiteño Francisco Núñez en su obra “Quito fue España”, España antes de ser país fue primero una cosmovisión, una forma de ver y entender el mundo. Conceptos como el de Dilatatio Cristianitatis o cruzada se entrelazarán y complementarán en este período.
Es evidente que todos los movimientos geopolíticos y alianzas matrimoniales van en dirección a restaurar la Hispania visigoda.
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Recordemos por ejemplo las palabras de Jaume I El Conquistador ”todo lo que he hecho en esta vida lo hice por dios y por España”.
Acortando mucho llegamos a 1492, año básico para España y la hispanidad. Se acaba de recuperar Hispania, se llega a América y algo muy importante que a veces se olvida, Nebrija presenta la gramática de la lengua castellana.
Con el desborde de las fronteras peninsulares el concepto de la Hispania romano-visigoda queda ampliamente superado y pasa a ser un concepto de civilización universal.
En este punto es dónde creo que hay que detenerse ya analizar. Entre la conquista de Granada y muchas de las conquistas americanas pasan como mucho 50-60 años. Principalmente hay dos maneras de interpretar este hecho:
Siempre se puede decir que España conquistó y sometió a los pueblos americanos, lo que pasa es que no queda muy bien” sacar al antepasado propio de la tumba y escupirle a la cara” y cito textualmente a la profesora María Elvira Roca.
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Nueva España o la Nueva Granada no eran “de” España, sino que “eran” España.
La otra visión es que España conquistó y asimiló las poblaciones autóctonas. Si nos vamos a las fuentes primarias para evitar manipulaciones nos damos cuenta que los nuevos territorios incorporados se asimilaron en igualdad de condiciones al del resto de territorios de la monarquía, es decir, Nueva España o la Nueva Granada no eran “de” España, sino que “eran” España.
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Los archivos españoles e hispanoamericanos están bien surtidos de todo tipo de documentación que así lo atestigua. Entonces, ¿porque la historia oficial nos esconde estos hechos?
En estos años estamos asistiendo a la creación de Las Españas o de los diversos reinos que conformaron La Monarquía Católica. No debemos verlo como una expansión imperialista como las del S. XIX sino como la creación de un país. Existen infinidad de documentos que corroboran esto como las leyes de Indias, el testamento de Isabel la Católica, toda la documentación de las reales audiencias, … Los archivos españoles e hispanoamericanos están bien surtidos de todo tipo de documentación que así lo atestigua. Entonces, ¿porque la historia oficial nos esconde estos hechos? Dejo la pregunta sobre la mesa
Por todas estas razones amigo peruano, mexicano o ecuatoriano no te molestes ni interpretes imperialismo peninsular al hablar de tu país como España o una de Las Españas puesto que es del todo correcto. Todas las repúblicas hispanoamericanas, al igual que el actual estado-nación español, no dejan de ser el resultado de la desmembración de Las Españas o de La Monarquía Católica.
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Las Españas son tan “propiedad” de la España peninsular como de Ecuador, Colombia, México o Perú
La confusión creo surge del hecho que el actual estado-nación peninsular se llama igual que aquel gran país. Esta confusión léxica creo que lleva a la confusión histórica de no comprender que todos éramos españoles y todos éramos España, cada una a su manera (al igual que Cantabria no es igual a Andalucía)
Históricamente hablando, Las Españas son tan “propiedad” de la España peninsular como de Ecuador, Colombia, México o Perú. Es importante tener claro estos términos de Las Españas, España peninsular, monarquía católica, hispanidad, …
No amigo peruano, no te estamos diciendo que seas español peninsular, sino que Perú era tan España como Extremadura.
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Teniendo claros estos conceptos, ¿nos están robando la identidad hispana?
Valoren ustedes mismo que pasa en sus respectivos países, incluida la España peninsular.
Piensen que pasa con los valores y las tradiciones hispanas, nos gusten o no, fiestas populares, religiosidad, ideología de género, regionalismos, ….
Estamos en plena batalla ideológica dónde se nos ataca por todos los costados y la forma de hacer frente es tener claro lo que somos, es decir nuestra identidad que no es otra cosa que la herencia de nuestros padres y abuelos, nuestras tradiciones, en resumidas cuentas nuestra cosmovisión del mundo.
Todos somos Hispanos hijos de La España histórica no hay otra que defender nuestra identidad común que nos aglutina y enfortece, o eso o como dijo el historiador argentino Julio C. González, seguir siendo un pedazo de tierra con gente encima sin destino ni objetivos.