El difícil camino de Francia

Enrique Arias Vega: El difícil camino de Francia

Como era de prever, las elecciones de Francia se traducen en el enfrentamiento entre dos bloques, a la derecha y a la izquierda del espectro político. El primero que lo previó fue el centrista Emmanuel Macron, quien convocó los comicios nada más ser derrotado estrepitosamente en las elecciones europeas por Marine Le Pen. Él ya contaba con una reacción antiderechista y, dado que las legislativas francesas son a doble vuelta entre los partidos más votados, necesitaba un contrapeso del Reagrupamiento Nacional que le permitiese pactar en la segunda vuelta y evitar así la mayoría de la líder de la derecha.

El resultado de la Asamblea Nacional puede resultar, pues, fragmentado en tres tercios que hagan imposible la actividad legislativa francesa, ya que los planteamientos del Frente Popular chocan frontalmente con las políticas de Macron y su aplicación supondría una caída de la productividad de la ya tocada economía francesa. Lo malo es que ambos están condenados  a entenderse, porque lo peor para ellos sería el triunfo de la ultraderecha que, aunque saque ella sola más votos, debido al sistema electoral podría quedar la última en el recuento final.

Con esto, digo, contaba ya el presidente francés, que dirige un país que ya no es lo que fue, ni en el ámbito internacional, con su repliegue en África, ni en la política nacional, donde se le cuestiona desde el precio de los carburantes hasta el plan de pensiones, tanto a izquierda como a derecha. Por eso, encontrar el camino del entendimiento y el diálogo será difícil y, tras las elecciones, el país podría verse abocado a enfrentamientos parlamentarios y callejeros que lo hagan ingobernable.

A Contracorriente
Enrique Arias Vega