El Mercado Central invita a sus clientes a realizar un viaje gastronómico por el mundo saboreando los productos internacionales de sus paradas

  • La amplia oferta de sus puestos incluye cientos de productos, ingredientes y especias para saborear recetas de otros países sin salir de casa

 El Mercado Central de Valencia propone a sus clientes realizar un viaje gastronómico por el mundo recorriendo sus paradas. La amplia oferta del Mercado Central incluye cientos de productos, ingredientes y especias que invitan a saborear recetas de otros países para confeccionar menús muy diferentes sin salir de casa.

Productos orientales, latinos, africanos o europeos conviven en armonía con los productos del kilómetro 0, que constituyen la esencia del Mercado Central, para dar respuesta a paladares de todos los gustos.

Hay puestos que nos transportan a Oriente Medio a través de exquisitos dulces y platos artesanos, algunos de los cuales nacieron en la época de Babilonia, con comidas ya preparadas y también productos orientales que incluyen las siete especias habituales en sus platos, agua de azahar, búrgul (trigo triturado), concentrado de granada, pan de pita, queso halloumi, empanadas, falafel, pastela, tabulé, hummus, pasta de olivas negras, pisto oriental y dulces de miel, nuez, pistacho, almendras y chocolate.

Hay otros especializados en productos latinos frescos tropicales y ultramarinos de Latinoamérica, en los que se puede encontrar cualquier ingrediente de Ecuador, Colombia, Perú, Bolivia, Cuba, Brasil, República Dominicana, Honduras, México, Venezuela y también de Estados Unidos y de diversos países de África, además de alimentos listos para comer, como las empanadillas argentinas.

Y otros en los que se puede comprar cualquier producto o condimento con el sello de Italia: todo tipo de pasta italiana y artesana en diversas variedades (fresca, seca, rellena, al huevo…), arroces italianos, bases para pizza y harinas para hornear, quesos frescos, fiambres, conservas, salsas, aceites, vinagres, panettone, tiramisú, tarta de queso y otros dulces, café, vinos y licores.

Los alimentos de otros países se abren paso en otros muchos puestos del Mercado Central, como los de las frutas y verduras (donde se pueden encontrar, por ejemplo, frutas tropicales y variedades de otros países, como el cebollino alemán, y tubérculos africanos, como el ñame), y, por supuesto, en los puestos de especias, que aportan siempre el toque final característico de cada lugar.

En el Mercado Central son, además, muchas las carnicerías especializadas en corte latino, para que quienes procedan de países de Latinoamérica puedan mantener sus costumbres en el consumo de este producto.

Los cafés del mundo (en grano, tostado para filtro o para espresso), así como una amplia variedad de chocolates y tés, y también diversas bebidas, vinos y licores de múltiples procedencias se pueden encontrar igualmente en varios puestos del Mercado Central.

Son todos ellos puestos que, además de invitar a realizar un viaje gastronómico internacional, al igual que los demás del Mercado Central, se esfuerzan en encontrar los productos que demandan tanto sus clientes habituales como los nuevos clientes, residentes en la ciudad que provienen de diversas y muchas partes del mundo y que como unos valencianos más ya tienen como referencia el Mercado Central para encontrar todo lo que necesitan, convirtiéndose diariamente en una muestra viva de la afirmación “Lo que no se encuentra aquí, seguramente no existe”.