Jesús Salmerón: «El honor de ser Alcalde rural».

– Ser alcalde de un pequeño municipio rural, como Gátova, es un honor cargado de desafíos y responsabilidades únicas.

En estos tiempos en los que la globalización y la urbanización parecen arrastrar a todos hacia las grandes ciudades, desempeñar el rol de alcalde en una localidad con pocos recursos, pero con una rica historia y cultura, implica una profunda dedicación y amor por el pueblo y sus gentes.

Gátova, como muchos otros pueblos rurales, enfrenta una serie de retos particulares. La despoblación, la falta de inversiones, y los limitados recursos económicos son barreras constantes. Sin embargo, estos desafíos también ofrecen una oportunidad inigualable para la creatividad y el ingenio. Gestionar un ayuntamiento con recursos limitados no solo exige una administración eficiente, sino también una visión clara y una capacidad de inspirar y movilizar a los vecinos.

Una de las primeras realidades a las que se enfrenta un alcalde rural es la gestión eficiente de los recursos.

Con presupuestos ajustados, cada euro debe ser optimizado para cubrir necesidades esenciales y, al mismo tiempo, impulsar proyectos que beneficien a largo plazo al pueblo . Esto puede significar buscar financiación externa, ya sea a través de subvenciones gubernamentales, iniciativas privadas o colaboraciones con otras entidades.

En Gátova, hemos aprendido a valorar cada recurso y a trabajar con lo que tenemos, promoviendo el desarrollo sostenible y la economía local. La revitalización del pueblo no siempre requiere grandes inversiones, sino una estrategia bien pensada que utilice los recursos naturales y humanos disponibles de manera efectiva.

Uno de los mayores orgullos de ser alcalde rural es la capacidad de revitalizar el pueblo.

Esto no solo se trata de mejorar infraestructuras, sino también de fomentar un sentido de pertenencia y participación entre los habitantes. En Gátova, hemos trabajado arduamente para crear un entorno en el que la cultura y las tradiciones locales se mantengan vivas y prosperen.

Las iniciativas culturales, deportivas y educativas son fundamentales.

Organizar festivales locales, actividades dé ocio y tiempo libre, apoyar a las asociaciones del pueblo y fomentar la participación de los jóvenes en la vida pública son pasos esenciales para mantener la vitalidad del pueblo. La revitalización de Gátova ha sido posible gracias al esfuerzo conjunto de todos los vecinos, quienes comparten la visión de un futuro próspero y sostenible.

El futuro de los pueblos rurales depende en gran medida de nuestra capacidad para adaptarnos a los cambios y enfrentar los desafíos con determinación.

Ser alcalde de Gátova es una responsabilidad que acepto con humildad y orgullo, consciente de que nuestro trabajo hoy sentará las bases para las generaciones futuras.

Es crucial promover políticas que incentiven el retorno de los jóvenes al pueblo, crear oportunidades de empleo local y garantizar una buena calidad de vida a la vez que impulsando medidas como la puesta en marcha de un centro de día para que a la par que regresan nuestros jóvenes nuestros mayores también se queden. La digitalización y las nuevas tecnologías pueden ser aliadas importantes en este proceso, permitiendo a las pequeñas localidades competir en igualdad de condiciones con las grandes urbes.

En conclusión, ser alcalde rural es un honor que conlleva un compromiso profundo con el pueblo.

En Gátova y en otros pueblos similares, la gestión eficaz y la revitalización son posibles gracias a la dedicación, la creatividad y el trabajo conjunto. El futuro de nuestros pueblos depende de nuestra capacidad para superar los desafíos con valentía y construir un entorno en el que todos puedan prosperar.